A través de RTVE descubrimos que la FEDACAM (Federación
de Asociaciones de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias de
Castilla La Mancha) realiza cada año un programa en el que se busca que tanto
el enfermo como el cuidador tengan siete días de descanso en la playa. Para
ello, los enfermos son atendidos por especialistas que mantienen sus cuidados
personales y también realizan terapia a través de diferentes técnicas de
estímulo, entre las que podemos destacar la musicoterapia.
El objetivo del proyecto es principalmente dar un
descanso a los familiares que siempre están atendiendo a sus enfermos y poder
compartir sus experiencias, especialmente sabiendo que la mayoría de ellos no
han vuelto a la playa desde el diagnóstico de sus familiares. De esta manera, y
en parte gracias a la musicoterapia, los enfermos se ven atendidos y los
familiares tienen un respiro.
Recuerdos, rutinas, funciones y caras que se van
borrando en la mente de alguien muy querido. Su personalidad se borra poco a
poco mientras que la dependencia crece cada día. Según avanza la enfermedad,
alguien de la familia aparca su vida, su trabajo y sus distracciones para
dedicar todo su tiempo al paciente.
El cuidador se olvida de que existen el descanso y el
entretenimiento. Cuidar a un enfermo de alzheimer requiere 'jornadas laborales'
de 24 horas, 365 días al año.
Es el caso de Saturnino, un jubilado que lleva diez años
cuidando de Remedios, su mujer. "Es más que un trabajo, yo ahora, cuidando
de ella, estoy más atareado que cuando trabajaba en el campo". Con los
hijos lejos de casa, todo el peso de la atención a la enferma han caído sobre
él.
Pero desde hace algunos veranos, al menos una semana al
año la tiene de descanso.
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